viernes, 12 de julio de 2013

ELPOLI MALO (EXPERIENCIA)


Como vierais  me encantan los juegos de rol, y esta no es mas que una experiencia que realicé con uno de mis esclavos Rebelprisoner, hace ya algunos años y la verdad es que junto a el pase años maravillosos de placer, juego, entrega y sumisión en estado puro. Gracias esclavote por tanto













La semana pasada con Rebeld empezábamos a programar una nueva sesión, como cada semana. Entre charla y charla a él se le ocurrió una idea.
-          Amo adorado, tengo una puta idea que me da vueltas en la cabeza hace mucho tiempo ya, pero como nunca antes he tenido amo pos solo ha sido una fantasía.
-           
-          Pos larga de una puta vez, que aquí no quedará nada sin hacer.

-          La idea es vivir una escena de interrogatorio, amo, caer en las manos de un policía muy malo e hijo de mil puta que me haga confesar y que termine abusando de mi.
Para qué me lo habrá dicho, a mi me saltaron todos los putos resortes, los años de teatro y todo el sadismo del mundo.
-          Vamos a ver: Tu lo que quieres es que un poli muy cabrón te cite a la comisaría te interrogue y te termine doblegando y te someta a tus caprichos?

-          Si amo, eso quiero y me vuelvo loco por hacerlo.


-          Miras que ese poli puede ser un gran hijo de puta.

-          Es más, quiero, que sea todo lo hijo de puta que quiera y ver hasta donde soy capaz de llegar sin doblegarme.


-          Perfecto, el martes a las 2 de la tarde estarás tocando el telefonillo del portal y será a esa hora porque para eso necesitamos varias horas, ya que ese poli será muy cabrón, muy hijo de puta y muy sádico.

-          Lo que Ud. mande, señor, el martes me tomo el día libre y me pongo a sus pies.


-          Ok atiende estate atento al correo electrónico ya que ese policía se comunicará contigo por e mail y te irá dando instrucciones y ojo deberás contestarle a todos los e mails que te envíe.

-          Si amo, estaré atento y deseoso, es un cabrón si viera como me gotea la polla de pensar en lo que me espera.


-          Pos, ni te lo imaginas, tú me das cuerda y yo puto esclavo, yo me enciendo.
Seguimos hablando y yo la verdad le empezaba a dar forma a esta nueva experiencia, la cabeza se me llenaba de imágenes y un argumento empezaba a plantearme.
Luego de hablar un buen rato, como todas las noches, nos despedimos y yo me quedé allí sin sueño y empezando a maquinar.
Como ya les dije la cabeza me daba mil vueltas, y rápidamente empecé a armar un argumento creíble y que me diera pie a doblegarlo y lograr que se rindiese hasta que aceptase ser mi puto esclavo hasta que perdiese toda su propia voluntad.
La idea era citarlo a la comisaría sin que supiese porque y para qué, y una vez aquí empezar un interrogatorio acusándole de haber mantenido relaciones sexuales con un menos. El se defendería porque en verdad no era el culpable, pero como el poli necesitaba un chivo expiatorio, inventaría pruebas y haría lo que fuese para que elíjese entre dos opciones:
1-      Comerse el marrón y pasarse 20 años entre rejas, Siendo la puta de todo el penal.

2-      Negociar con el policía entregarse a él como esclavo, firmar un contrato de esclavitud y dejarse usar por este hasta hartarse.
Revisé el argumento y me pareció una idea más que excelente. El puto poli comenzaba a cobrara vida en mi cabeza
Día tras día, agregaba cosas a la historia, maquinaba lentamente cada escena, cada situación y cómo hacer para que este puto esclavo se sintiese acojonado y al fin terminara doblegado a mis pies.
Sin pensármelo dos veces, abrí el corre y le enviaba el primer mensaje:
Sr. XXX:
                Me dirijo a Ud. a fin de informarle que el día martes 3 de mayo a las 14hs, deberá concurrir a esta dependencia policial, por motivos que se le indicarán una vez que se apersone en la misma.
Le comunico que es necesaria vuestra presencia  ya que el motivo es de sumo interés para Ud. y de no hacerlo puede acarrearles consecuencias más que desagradables.
 Esperando confirme su asistencia me despido cordialmente, Agente XXX.

De esta manera comenzaba nuestro nuevo juego.
Cada noche entrabamos al Messenger, pero yo solo le daba pistas, sin contarle mucho lo que sucedería.
El  despacito y sin saberlo me iba dando pistas de esta fantasía que le rondaba en la mente desde hace años.
Yo entretanto urdía mi plan, Buscaba ropa adecuada para la ocasión: Pantalones negros, camisa blanca, chaleco negro, corbata y una gorra de policía y una porra me agencié de alguno sitio. Arme una barra con dos argollas  para atarle los pies allí y fotocopias con pruebas falsas, fotos de la víctima y una carpeta llena de pruebas y documentos inventados iban poco a poco armando todo el argumento de esta nueva historia.
La verdad, este juego me resultaba de lo mas morboso y excitante, yo cada día inventaba algo nuevo o le daba una indicación nueva.
Una noche le dije:
-          Quiero que para el martes vallas a la ferretería, compres un embudo y le apliques medio metro de manguera que le calce justo.

-          MMMMM, amo, puedo saber para lo que es.


-          Eso ni de coña, tu solo haz lo que diga y ya está.

Otro día le envié otro e mail a su correo, recordándole que el martes 3 a las 14 hs debía acudir a la dependencia policial y que de no hacerlo en tiempo y forma, sería buscado en su domicilio con la fuerza pública.

Cada e mail que le llegaba era contestado de inmediato respondiendo que lógicamente acudiría y colaboraría con las fuerzas policiales en todo lo que estuviese a su alcance.

Mientras tanto en el Messenger no se tocaba el tema de la sesión del martes directamente, quería separar las cosas una era el poli malo e hijo de puta que se comunicaba por correo electrónico y otra su puto amo.

Una noche, como quien no quiere la cosa se me dice:

-          Amo, el martes tengo que acudir a la policía, me han citado.

-          A si, y que piensas hacer.

-          Pos ir, no tengo opción.


-          Vale, está bien si necesitas algo pos me lo dices.

-          No, supongo que no será nada de importancia, aunque me han llegados unos mensajes un poco intimidatorios, pero yo no tengo nada que temer.

-          Ok, entonces tu tranquilito te presentas y ya está, si necesitas algo me llamas y listo.

-          Ok amo, así será.

-          Como esta ese cuerpecillo, esclavo.

-          Con pelos, debo rasúralo bien en estos días, ya se que a Ud. le gusta mi piel blanca, suave y como un bebé.

-          Así es, como te vea un pelo cuando nos veamos, te pongo en las rodillas y te dejo el culo rojo

-          A si es eso, por me dejo unos cuantos.

-          Serás jo puta, te fascina provocarme.

-          Mmmmmmmmmmmmmm. Gua, gua, guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, jejeje

Cada día la cosa subía de tono, el poli malo le iba ganado al amo bueno. Salí de compras a por más sogas, cintas, pinzas nuevas, velas, una barra dos argollas y cada cosa que se me ocurría yo no me dejaba nada en el tintero.

Si bien el esclavo no preguntaba demasiado porque sabía que no podía hacerlo, se le notaba una ansiedad enorme y unas putas ganas de vivir todo esto que lo desbordaba.

-          Amo: le adoro con todas mis fuerzas, Ud., me hace vivir lo que siempre he soñado y por momentos temo despertarme y que haya sido un sueño y no esté más a mi lado.
-           
-          Que no es un sueño, mamarracho, que aquí estamos Batman y Robin bajando a la baticueva una vez a la semana y otras dos, y las que hagan falta y que estamos mas despiertos que nunca, asique el puto infierno ya nos pertenece.

-          Si amo, si mi puto amo.
…. Y con las mismas ganas de siempre ambos esperábamos el martes, llenos de ansiedad y de excitación. Nuestras pollas y si decirlo se volvían locas y babeaban de solo leernos.

Capitulo 2: “En encuentro”:
Como habíamos quedado a las 14hs en punto, sonaba el telefonillo de portal. Nunca había sido tan puntual, evidentemente había entrado por el aro y todo esto le excitaba más de lo que imaginaba.
-          Hola, quien es.

-          Buenas tardes, vengo por la citación que me han enviado.
-          Ha sí, muy bien. Suba pase al baño haga lo que necesite se viste y luego a mi oficina por favor, con su DNI y sus efectos personales.

-          Sí señor, subo ahora mismo.
Deje la puerta entreabierta y me encerré en la cámara que estaba absolutamente preparada y dispuesta para esta nueva experiencia:
Un pie con un reflector de luz blanca y potente, iluminaba una silla que ya estaba preparada. El cuarto a oscuras. Un taburete alto donde estaba sentado el policía. Una mesa con carpetas, fotos y pruebas que inculpaban al individuo este y una cafetera con café humeante y recién hecho.
 Bien escondidos de la vista del supuesto culpable  sogas cadenas candados, cinta americana, pañuelos, corbatas, cordones, estaba ya listos para empezar la acción, pero en apariencias todo estaba tranquilo.  Por último una sabana de látex negro y cojines de colores cubrían  la cama de la sala.

A los pocos minutos, sonaba la puerta de la oficina del puto policía:
-          Adelante.

Al abrir la puerta y verme sentado en el taburete se quedo de piedra:
Pantalón negro con rayas azules, botas negras, camisa negra y corbata azul, chaleco negro, gorra de policía y una porra en la mano.

-          Pase, su documentación por favor y sus efectos personales encima del escritorio.
No articulaba palabra, creo que esto superaba lo que había imaginado.
-          Manos a la pared, es solo rutina.

De un golpe seco abrí sus piernas y con la porra comencé a cachearle entero, mientras que con la otra mano lo magreaba a tope, sus piernas su pecho y una mano fuerte y de macho le apretó la polla y los huevos, mientras la porra le acariciaba la raja del culo. Cerró los ojos y suspiro profundamente.

-          Tome asiento en la silla por favor.

-          Me puede explicar porque he sido citado (en tono medio chulesco).


-          Mire señor, Ud. no está en condiciones de preguntar mucho, aquí las preguntas las hago yo, y no voy a repetirle esto muchas veces más.  ¿Quiere un café?

-          Si gracias me hace falta.
Saqué las esposas y colocando las manos detrás lo espose con las manos a las espaladas por detrás de la silla.
-          Es solo rutina, cuando le lleve el café lo desposo, ok.

-          Ok, dijo ya con lágrimas en los ojos.

Serví un café grande y bien fuerte y otro pequeño para mí. Me acerqué lentamente lo coloque en la mesita que tenía a lado y le saqué una esposa busque sus cigarrillos y se los acerqué.

- Puede fumar si así lo desea, al menos por ahora.

-  Gracias y como desesperado se encendió uno.

- Bueno amigo, le cuento que su situación es más que delicada, por no decir que es una puta mierda.

- Tan grave es, me está asustando.

- Bien piense con lujo de detalle, que hizo Ud. el sábado 25 de marzo entre las 14 hs y las 19hs.

- si mal no recuerdo estuve en casa con mis compañeros de piso, si, si eso jugando al cartas.

- Ud. está seguro de lo que me dice, poniéndome de pie y acercándome con la porra en la mano y ya con cara de pocos amigos.

- Si, si, estuvimos jugando a las cartas hasta las tantas.

- Joder, como puede estar en dos sitios a la vez, que arte tiene amigo, pegándole un pequeño golpe con la porra en el pecho.

-  ¿Como en dos sitios?, no entiendo

-Fui hasta el escritorio y cogí la foto que tenia encima ya preparada.

- Conoces a este chaval, enseñándole una foto de u niñato de unos 15 años.

- No, no le he visto en mi vida, la verdad.

- (golpeándole con la porra en la pierna y acercándole la foto), míralo bien y piensa si no le conoces de nada.

- Que no, que no le conozco es la primera vez que veo a ese niñato.

- LO AS MIRADO BIEN, O QUE.

. Que no le conozco e nada, joder.

Plafff, la primera ostia en la nuca se comió de pronto.

-          Porque me pega, joder, POR QUÉ????

-          Porque mientes, mientes como una puta, (cogiéndole de la cara y mirándole a los ojos).

-           
-          No miento, no miento.

Cogí nuevamente las esposas y de un tirón puse sus manos detrás de las sillas y lo espose a la espalda.

-          Que hace, joder, que no sé nada.

-          Que te calles y allí le cruce la cara de una buna ostia y con todas mis ganas. Mira pedazo de mierda, ese niño te conoce y valla si te conoce. Ha estado aquí con sus padres y ha puesto una denuncia más que comprometedora, hacia ti.

Me acerqué a la mesa y buscando unos papeles, se los fregué en la puta cara.

-          Este chaval nos ha contado toda la verdad de lo que paso ese putos sábado del 25 de marzo. Segú el vive en tu barrio y tiene tu Messenger.
 Ese puto día, mamarracho de mierda, te conectes al Messenger a la 13hs y el menor estaba conectado, se pusieron a hablar y le preguntaste por sus padres, el te respondió que habían salido y volverían tarde.
Tú ni lerdo ni perezoso, le dijiste que habías comprado juegos nuevos para tu play  y que estaban muy chulos. El chaval lógicamente se comenzó a entusiasmar con el cuentito que le contabas.

-          No es verdad, yo no le conozco de nada.

Dos porrazos en las piernas lo hicieron callar y aullar de dolor y excitación.

-          Le dijisteis que si él quería podías ir a su casa y jugar juntos a la play toda la tarde y llevar los juegos nuevos. El niñato aceptó en seguida y allí te lanzasteis a por tu presa. Menudo hijo de puta.
Fueron a su cuarto y pusisteis un juego interactivo y entre risas y bromas, empezasteis a sobarle las piernas, el culo, la polla, los huevos, y el chavalote empezó a subir temperatura hasta ponerse caliente como el pico de una pava, lógicamente a esa edad.

-          No, no, eso no es verdad.

Plaffffffffffffff, otra ostia le cruzó la cara y un escupitajo seguido de la ostia le bañaba los ojos y caía por su mentón.

-          Aquí la verdad la tengo yo, únicamente, has oído.

-          No es cierto, eso es mentira. Casi gritando)

L a porra empezó a actuar en sus piernas y el preso, se retorcía en la silla y gemía desesperado.

-          Luego que lo pusisteis calentito le hiciste que te comiese la polla a cambio de que le regalaría uno de los juegos. Y lógico el nene caliente y por un jueguito, pos entro por el aro. No conforme con eso, le desnudasteis le comiste la polla y jugasteis con tus dedos en el culo. Luego le disteis la vuelta le lamisteis todo el ojete y te lo quisisteis follar, pero allí se asusto y pegó un grito, verdad?

-          QUE NO COÑO QUE NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.


En un arranque de furia me saqué el cinturón del pantalón, lo doble y mientras le insultaba y lo amedrentaba, cintasos le iban cruzando las piernas y el reo, aullaba, gemía, chillaba, pero no se rendía.

Tenía sed,  estaba sudado, busqué un vaso con agua y bebí un bue sorbo.
-          Vamos a ver, idiota, que veo que no te enteras. Ves lo que tengo aquí (acercándole una carpeta llena de fotocopias), son todas pruebas que te inculpan y demuestran todo lo que he dicho, idiota no soy.

-          Que yo no sé nada, que yo no conozco a ese niño de nada, como se lo digo.

Me acerqué lentamente y de una patada le abrí las piernas, El preso me miraba con los ojos abortos, le escupí la cara y de un tirón desabroché su camisa.

-          Si no colaboras esto se puede convertir en un infierno, que aun no he sido lo suficientemente malo contigo. Le pellizcaba los pezones con todas mis ganas y su cara se llenaba de escupitajos. Pero si es muy fácil chavalote, solo tienes que colaborar un poquito, nada más que eso, se bueno y yo seré bueno.

-          Que quiere que haga, joder, que quiere de mí,  casi sollozando, es un monstruo.


-          Queeeeeeeee, cogiéndole con fuerza de los huevos ya apretándolos con todas mis ganas, Monstruo eres tu hijo de puta, soy la autoridad, el que manda y el que tiene el poder (cruzándole la cara de un guantazo)
Su polla estaba dura como una piedra, e increíblemente su pantalón estaba ya mojado por la cantidad de baba que largaba su polla, el poli malo, estaba dando resultados.
Tomé un sorbo de agua y se lo escupí en la cara diciendo:
-          Sé que eres gay, que te gustan los tíos, y tan mal no estás puto de los cojones (comenzando a desabrochar su pantalón.  Mira como esta tu polla idiota, mira como te babeas por un macho, que te haga suyo y te putee a rabiar.
Mientras decía esto, le metía la mano en el suspensor blanco todo mojado amasaba su polla caliente y sus cojones duros como piedras.
-          No sé ni me importa una puta mierda, si eres culpable o no, este caso hay que cerrarlo como sea y has sido el elegido. Las pruebas se inventan, se aportan y ya está, y eres elegido, solo porque me gustas,  y me calientas como a un cerdo. Por lo tanto, es muy facilito chaval, hay dos opciones posibles, cogiéndolo de la mandíbula y mirándole a los ojos.
1.       O la puta de todo el penal, que por violación de menores es lo menos que te espera.

2: O mi puto esclavo hasta que me arte. Lo pillas ahora.

-          Eso ni de coña, yo no he hecho nada y no voy a pagar por algo que no he hecho.

Apreté sus huevos con mucha fuerza y luego me prendía a su capullo, saqué su polla fuera del suspensor y le pegué unas bunas ostias con la palma de la mano en toda su verga.

-          Voy a explicártelo de nuevo que veo que no lo pillas, idiota: Las pruebas se inventan, se falsifican, se les busca la vuelta, hasta que el juez dictamina tu puta sentencia (mi mano jugaba con toda la polla sacaba baba de su glande y con mis dedos pringados se los llevaba a la boca.

-          Hijo de puta, eres un hijo de puta, grito desesperado y rojo como un tomate maduro.


-          Qué carajo has dicho, y un aullido agudo salió de su boca, sus pezones se retorcían en mis manos y sus pelotas también.  Ya sabes las opciones. O la puta de todo el penal, o mi puto esclavo, tu elijes

-          No, por favor no, casi en un sollozo.


-          Jajajaja, o mío o de todos.

Mientras decía esto, le bajé los pantalones, le escupía la toda la polla y se la acariciaba con morbo y rabia al mismo tiempo.

-          Me gustas puto de mierda, me excitas, te quiero hacer mío.

Cogí una cuchara de madera y mientras le pajeaba la polla, le pegaba con esta puta cuchara en el pecho, recién depilado y suave como la seda.

Me puse de rodillas y me metí su polla caliente como nunca en la boca y le mamaba la polla llena de baba mientras  la cuchara hacía su trabajo en el pecho.

-          Colabora, o mío o 20 años a la sombra, jajajajaja

Ya casi no hablaba, sudaba entero, gemía como un animal su entrega esta cerca, más cerca de lo que yo imaginaba.
Más gemía más le comía la polla, se la apretaba, se la escupía con absoluto sadismo y metido en mi papel de pli hijo de puta. Él más aullaba y yo más le apretaba los huevos y le decía:
-          O mío, o de todos, o mío o de todos, o mío o de todos.

-          Suyo hijo de puta, suyo, seré suyo hoy y todas las veces que me llame y me cite, seré su puto esclavo.
L e desate las manos, saque sus pantalones, me reí en su cara y el reo de los cojones lentamente se convertía en el puto esclavo. Mi polla estaba no caliente estaba simplemente enloquecida, al final el poli había ganado la batalla y la sesión pintaba más que satisfactoria, ¿o no?...

Capítulo 3: “Mío, todo Mío:
Bien esclavo voy a desatar tus manos y como intentes algo, la has cagado y en grande.
No decía nada, solo esperaba instrucciones. Mientras le desataba las manos le miraba a los ojos y escupía dentro de su boca, el ya casi no se resistía, había entendido cual era el pacto.
De un empujón lo tiré al suelo y ordené:
-          Hay que limpiar las botas del amo, y eso cada vez que nos veamos.

Sin decir palabra y con la polla como una piedra fura del suspensor, se abrazó a mis pies y comenzó a lamer y a lamer cada milímetro del cuero de mis botas.  Gemía y se ponía muy caliente y excitado, baba a chorros salía de su boca de esclavo entregado y lamía, lamia con absoluta locura.

-          Saca las botas, ahora.

Muy despacio lo hizo y empezó a sacarme los calcetines. Le pegué una pequeña patada en el pecho:

-          Que haces coño, lame mis calcetines y me los dejas relucientes.
Su cara era una locura, de verdadera locura, sus ojos rojos, su cuerpo sudado y babeado por su puto poli y su polla dura y morada como no la había visto en mi vida.
Lamio ambos calcetines, los olía y adoraba a este gran hijo de puta que tenía en frente.

-          Ahora si sácalos y cómeme los pies, estoy cansado de estar parado y haciéndote entrar en razones.
Su mirada lo decía todo, su lengua jugaba con cada uno de mis dedos, lamia y comía desesperado. El juego cobrara nuevas dimensiones hasta diría desconocidas para ambos.
Mientras lamía mis pies saqué  la paleta y comencé a darla una buena tanda de azotes en las nalgas.
-          Ves lo que les pasa a los tontos que se resienten como tú.

No hablaba, solo lamía y aguantaba como un campeón, gemía y sollozaba caliente perdido.

-          Sube lentamente y huele a tu macho, huele a este poli cerdo.

Lentamente subía despacio aferrado a mí y olía, lamia y gemía cada segundo más. Cuando lo tuve en mis entrepiernas, acariciaba su culo despacio y jugaba con su raja.

-          Qué lindo culo tienes puto, ese culo va a aprender, quien manda y que solo debe obedecer a su amo y dueño.

-          Sí señor, así es, soy virgen del culo pero no puedo hacer nada, no tengo otra salida.


-          Plafffffffffff, que te calles, mamón, no estás aquí para hablar precisamente. Desnúdame enterito y muy despacio, eres mi esclavo, mi sirviente, mi puto y lo que me salga de los cojones.

Despacio me acariciaba lentamente y me desvestía con absoluta entrega, como así mismo adoraba con su lengua cada milímetro de mi piel que iba descubriendo.

Una vez que me hubo desnudado, le mire a los ojos y le indiqué que se subiese a la cama en cuatro patas y moviese el culo, de manera insinuante.

-          Que peludo tienes ese culo joder, sin pelos se vería mucho más guapo, a que sí?

-          No me depilo, allí señor, dijo con un hilo de voz.


-          Ni te lo he preguntado y una buena ostia se comió en cada nalga. Mueve el culo carajo, muévelo bien, seduce a tu macho para eso te tengo aquí.

De debajo de la cama, saqué el hierro con las dos argollas colocadas en los extremos y al ver esto, su cara de excitación simplemente era indescriptible.

Cogiéndolo con fuerza de los pies, los separé bien y los amarré a esa barra con dos sogas y con muchísima fuerza.

De esa manera quedo inmovilizado y listo para lo que viniese.  Saqué la cadena los candados y lo ates de la cintura para arriba, y terminé con los extremos de las cadenas enganchados al mosquetón de sus muñequeras de cuero.

Agachaba la cabeza e señal de total sumisión y solo de dejaba hacer.

Fui al baño, busqué el gel de afeitar, agua tibia en un recipiente y su maquinilla. Me senté cómodamente y con mis manazas le esparcí gel en toda la raja del culo, la entrada del ano y sus nalgas.

Esta cesación lo desbordaba por momentos, solo gemía, hiperventilaba, agachaba la cabeza y se entregaba cada segundo más.

Lentamente, sus pelos desaparecían y en cada zona limpia, pasaba mi lengua caliente y ya ni me importaba, si su culo tenía gusto a espuma de afeitar o lo que coño fuese.

Ver ese culo absolutamente depilado y suave como la seda simplemente me pone como un cerdo y una vez que le rasure el ano y la raja, como un animal, me lancera por ese manjar.  Separaba sus nalgas, escupía toda la entada y me regodeaba con mi lengua allí. Cada tanto bajaba una mano a su  polla, que babeaba a chorros, mojabas mis dedos con ella, la pasaba por la entada de su ojete y más lengua le metía. Por mementos le mordía las nalgas, los costados y hasta la mismísima entada del ojete

-          MMMMMMMMMMMM, úsemele señor, úseme, jamás pensé que un macho era capaz de todo esto.

Oír sus palabras, me ponían mas cerdo y ahora mi dedo gordo de una de mis manos se metía dentro de su culo y aullidos de placer salían de su puta boca.

El desenfreno era total y absoluto, cogí el mango de la maquinilla de afeitar y se lo enterré hasta el fondo, busque un espejo, lo acomodé y le dije:

-           Mira como te tengo esclavo, mira como te puteo y te hago mío.

Dio vuelta medio cuerpo, miró y no podías ni creerlo, su polla estaba como una piedra, y hasta morada del grado de excitación que todo esto le producía.

Busque la bolsa con pinzas nuevas que había comprado y lentamente comencé a pinzarles los huevos, ni sé cuantas le metí, pero su polla no paraba de babear y de pedir más caña.

Me puse de pie y arrodillándome delante de él le mire y no hizo falta más.

Absolutamente poseído se metió toda mi polla en su boquita mamona y no comía, adoraba ese falo caliente, que no dejaba de crecer dentro de su boca.

-          Te gusta la polla de macho perro de mierda, te gusta sentirla dentro y sentir como te ahoga verdad.

Como podía asentía con la cabeza y balbuceaba un si detrás del otro.

-          Ni se te ocurra sacarla y dime de quién es esa polla.

-          Mía, señor, mía, solo mía, con la polla en la boca y babeándose entero.
Yo me sacaba más y más y el puto poli le ganaba la batalla a papamaxo por lejos. Me recosté sobre su espalda y ahora una tanda de azotes en todas sus nalgas le aplicaba con furia.
Lamia más desesperado que nunca y su culo era marcado y lentamente se ponía rojo como un tomate. Mis manos le acarician entero, le estrujaba los pezones con mucha mala leche, bajaba por su abdomen, buscaba su polla, la amasaba la estrujaba como aun animal y movía las pinzas de sus cojones.
Que decir, a esto, que el frenesí y la locura nos desbordaban.
De un  tirón saqué la polla de su boca y solo dijo.
-          Nooooooooooo, no me castigue así.

Me arrodillé en el suelo, cogí su cara caliente y roja y cogiéndolo de su melena negra empecé a escupirle toda la cara. Era un poema verlo así, relamiendo mis babas que caían de su frente, de sus ojos por la nariz y le llegaban a la boca.

-          Hijo de puta, es un grandísimo hijo de puta, y quiero más policía de los cojones, reviénteme si hace falta, soy suyo y jamás me he entregado a nadie así, en mi puta vida.

Le cogí de la perilla y le metí toda la lengua en su boca y le follaba la boca con mi lengua hirviente. El solo atino a prenderse a ella y mamar mi lengua desesperado.

Yo quería mas, y más llegar lo más lejos que se pudiese y estaba a por la labor.

Me puse de pie y me fui derechito a su culo otra vez. Extraje el mango de la maniquiilla que aun estaba allí y cogiendo el plung hinchable se lo ensarté enterito, la verdad el culo de este esclavo cada día pone menos resistencia y se entrega tanto como mas como su dueño.

Hinché el plung, bastante y ya sollozaba y gemía desesperado, pero sabía que no había marcha atrás.

-          Que pasa puto de los cojones.

-          Me duele, amo, me duele.


-          Lo saco o que?
-           
-          Ni se le ocurra, voy a bajar hasta donde haga falta.
Me metí debajo de él  y ahora mi boca era la que buscaba su polla. La verdad y para no mentir, en toda la sesión no se le había bajado en ningún momento, es mas estaba dura y morada, una vez que me la comí toda como a mi me alucina y a él le delira, extraje la pinzas de los cojones y despacio comencé a colocarle pinzas desde la base de los huevos y subiendo por la piel de su polla, cuando terminé cogí una pinza y se la metí en el glande.
-          Noooooooooooooooooo, por dios, noooooooooooooooooooooooo.

El grito fue tremendo, evidentemente se me había ido la pinza, nunca mejor dicho, ya que gritaba como desesperado y comenzó a llorar, me acojoné vivo, pero dominado la situación y sin dejar el personaje, me metí su glande en la boca y lo acariciaba con ternura.

Lentamente el esclavo recuperaba la respiración y oleadas de placer le embargaban cada célula de la piel.

Lamía y lamia y las pinzas del pellejo de su polla se movían solas y esto lo volvía loco. Mientras tanto y cada tanto el plung se seguía hinchando en su culo.

Cuando me canse de todo este viaje, pensé en tomar otro tren.

Lo desaté lentamente, le saqué las pinzas, el plung y le dije que se recostase tranquilo y se relajara un poco. La polla no se le bajaba ni a tiros.

-          Bueno ahora quiero que te lo curres tú un poquito.

-          Lo que desee amo.
-          Busca un cojín lo pones delante del sillón y me comes la polla hasta que te diga basta.
Ni se lo pensó dos veces, me senté en el sillón me encendí un cigarrillo, le di a él unas caladas, y le dije:
-          Aquí la tienes, es tuya.
-           
-          Solo mía y me la voy a comer con tanta pasión que cuando otro se la coma, ni siquiera le guste y me eche de menos a mí.
Dicho esto se arrodillo en el cojín y con la mayor entrega de la que es capaz, me empezó a trabajar la polla de mil maneras diferentes con su lengua, mientras sus manos suaves y calientes recorrían cada milímetro de mi piel.
No hay palabras en el español, que puedan explicar esto, este cúmulo de sensaciones que se agolpan en los sentidos. La entrega, la amalgama que se crea entre los dos es algo que no tiene palabras, solo se siente, se vive, y no se puede llegar a contar, por más que me paso minutos frente a la pantalla del ordenador buscando las palabras.
Escribo esto y un sudor frio recorre mi espalda y mi vega de macho en celos lo desea con absoluta desesperación.

Como no me puedo estar quiero, ni 5 minutos seguidos, mientras mi puto rehén, adoraba mi polla y mis cojones con su bella lengua, cogí el aceite y chorros y chorros caían por su espalda, su culo, su pecho y llegaban a su polla que no bajaba ni a cañonazos.
Masajes intensos y profundos, casi diría yo hasta un pelín agresivos, lo recorrían entero, su cuerpo se erizaba todo pero ni de coña dejaba de comerme la polla.
Como pude, metía mi mano por debajo de su pecho llegaba a su glande y con mis dedos lo acariciaba entero, lo que lo volvía más loco minuto a minuto.
Lo separé de mí y volví a atar el mosquetón de sus muñequeras en su espalda.
-          Mírame a los ojos, esclavo de mierda, puto de tu puto dueño.

Me miraba embobado, absolutamente fascinado y allí me deje llevar y ríos de meadas empezaron a bañarlo entero, mearlo es algo sencillamente fabuloso. Abrió la boca, me miro y dijo.

-          Tengo sed, deme de beber, se lo imploro.

Y así fue, señores mi meo caliente llegaba a su boca y tragaba como en su puta vida, se relamía y allí seguía y si le pedía el alma creo que este día me la daba. ¿O lo estaba haciendo?

Una vez terminado esto, limpio mi polla otra vez con su lengua y ahora era yo de nuevo el que tomaba el control de la situación.

-          Siéntale en el suelo y apóyate en la cama.

Atado como estaba, se acomodó lo mejor que pudo. Me puse de pie, lo acomodé bien y buscando un pañuelo verde le vendé los ojos. Cogí un calcetín y se lo metí en la boca casi entero y le dije con tono grave y con un pelín de sadismo.

-          Sigue el viaje, puto de los cojones, bienvenido. A este nuevo trayecto
Solo agachó la cabeza, e señal de entrega absoluta y sin retorno.
Busqué el plung mas grade que tengo lo aceité bien y despacio y separando sus piernas le metí todo el plung en el culo. Mordía  el calcetín, ahogaba sus gemidos y sollozos y sudaba a mares.
Cuando le vi más relajado y con la respiración más normalita, busqué un cordón y ate bien los huevos y la base de su polla, dejando dos extremos bien largos.
Que viaje joder, los aullidos se ahogaban con el calcetín, pero su polla parecía que le iba a reventar de la excitación. El no veía nada solo sentía un sin fin de sensaciones más que intensas.

-          Mueve le culo, refriégalo contra el cojín y dilátalo, es mío y hago con él lo que quiero.

Se sentó lo mas derecho que pudo y movía el culo desesperado mientras yo movía de la puta cuerdita y cada tanto le pegaba en toda la polla y los huevos con mi mano abierta.

En un momento, le saqué el calcetín de la boca porque quería oírlo gemir, aullar y sollozar de placer. Y vaya si lo hacía, bufaba como un verdadero animal, sollozaba e hiperventilaba como loco.

Cada tanto y entre sollozos decía montones de cosas me rogaba que no le dejara, que era el esclavo mas feliz del mundo y su corazón se abría y se entregaba tanto o más que su cuerpo.

Le saque la venda de los ojos y lagrimas de placer y felicidad recorrían sus mejillas, a ratos reía y yo no paraba de darle a tope con la mano y la soga.

-          Te tengo cogido de los huevos, esclavo de mierda.

-          Y vaya si me tiene, y quiero y quiero y quiero que me tenga cada vez más.

Me senté a su lado, tiré aceite en su polla, que no se por momentos creía que le iba a estallar y se la seguía machacando como una bestia humana, tiraba para arriba y se movía entro, me alejaba y lo traía a mi lado cogido de la soga y ahí estaba moviendo el culo absolutamente dilatado y sollozando y aullando de placer.

Cuando me senté tranquilito y más relajado, me miro a los ojos apoyo la cabeza en mis piernas y estirándose todo lo que pudo, se llevo mi polla a su boca diciendo:

-          La necesito como jamás he necesitado algo en la vida.
Mamaba y mamaba y yo juagaba con la soga y si le arrancaba los huevos creo que a ninguno de los dos nos importaría mucho a esta altura.
Mi polla crecía en su boca y lo llenaba entero, la imagen de mi polla empujando y marcándose en sus cachetes era algo que me volvía loco, así de fácil.

Cuando vi que esto se me iba de las manos, me relaje todo lo que pude, lo desaté y mirándole a los ojos le dije:

-          Al baño ahora, te sientas en el váter y me llamas.
Salió pitando, se sentó y dijo:
-          Listo amo le estoy esperando para servirle.
Me encendí un cigarrillo y me fui tranquilo, cuando llegue estaba sentado con la cabeza para atrás, como diciendo:
-          Úseme todo lo que le salga de la polla y del alma.
Sin decir nada mas otra poderosa meada lo bañaba de la cabeza a los pies, mientras fumaba y descargaba mi vejiga por segunda vez en esta tarde de absoluta locura y desenfreno.
Bien esclavo, ahora haz lo que te diga:
-          Vete a la cámara, recuéstate  en la cama y pon cojines en la cabeza, te veo exhausto.

-          Y feliz, el esclavo más feliz del mundo, policía de su puta madre.
Se recostó, trato de relajarse me arrodille delante de él y le comí toda la polla en señal de agradecimiento por tanta entrega.
Me fui a la cocina, busque una jarra la llené de agua tibia y volví hacia él. Mojaba la toalla en el agua tibia y lo limpiaba entero como si de mi perro más querido se tratara.
Que alucine, que flipe, cuanta locura.
Busqué la jeringa, la llené de agua tibia y le dije:
-          Quieres mas?
-           
-          Yo solo quiero  y soy lo que Ud., quiera y lo que Ud. me pida que sea.
Extraje el plung del culo con sumo cuidado, se lo lamí un poco y ahora era la jeringa llena de agua tibia la que entraba en su culo y se vaciaba. Hasta cuatro veces repetí la operación y él ni se inmutaba, solo oleadas de placer lo recorrían entero.
-          Quieres expulsar el agua?
-           
-          Ni de coña, soy su puto esclavo y lo tengo más que claro.

Busque otra vez el plung y a modo de tapón se lo introduje hasta el fondo. Ya no gemía, aullaba otra vez y sollozaba de la excitación que sentía.
Busque el aceite y volví a tirar en todo su cuerpo y despacio me le subí con todos mis Kilos encima.
 Estaba como loco, se sentía apretado, se sentía literalmente absorbido por su amo o por el puto policía, ya a esta altura ya ni se quien coños era.
Me refregaba en su cuerpo y el aceite hacia el resto, le cogía de la cabeza, lo escupía, lo mordía, lo morreaba, y él lo mismo, dos animales jugaban en medio de la selva del infierno.
Puse mi polla entre sus piernas y la suya entre las mías y una paja lenta y bien hecha salían de nuestras mismas entrañas.
Mientras tanto ya no nos besábamos, sino que nos comíamos enteros.

Era tal el grado de excitación que le ostiaba la cara, lo babeaba entero, lo cogía del pelo, lo zarandeaba y allí estábamos más abajo que nunca en la vida.
-          Que sientes, dime, que mierda sientes?

-          Que Ud y nadie más que Ud. se hace cada vez mas imprescindible en mi puta vida de esclavo feliz.
Fue oír esto comerle la boca y descargar nuestras lefas calientes en todas nuestras piernas.
Sollozábamos de absoluta felicidad, estábamos todo mojado por el aceite, el sudor y cuanto liquido saliese de nuestros cuerpos.  Dos lapas inseparables seguían allí ya vacios pero sin soltarse ni de separar una boca de la otra.
No sé cuanto estuvimos así, solo sé que en un momento y acariciando su cabello largo y renegrido le dije:
-          Vete a la ducha haz todo lo que necesitas que  preparo un café, para los dos.
Y así fue, tomaos el café en silencio, solo mirándonos y riéndonos por momentos, como os flipados de mierda, cada uno recordando lo suyo y todo lo vivido y sentido.
-          Y ahora que esclavito de los cojones?

-          Que no me cabe en la puta cabeza, todo esto, señor policía.

-          Te asusta?
-          Yo ya con Ud. no me asusto de nada y no solo que no me asusto sino que todo esto lo necesito como al respirar.

-          Y yo capullo y yo. Mira que el puto poli guarda las pruebas, y te tiene cogido de los huevos.


-          Ya lo sé, y tendré que venir a verle cada vez que me lo exija.

-          Creo que te llegara un correo antes de lo que te imaginas.

Solos nos miramos y nos besamos con absoluta entrega.

Luego se vistió y llenándome de besos me dijo.

-          Me voy es la puta hora, y si ve al policía este de mierda dígale, que le adoro y que si bien me acojona lo necesito cada segundo más.

Sin quererlo y sin pensarlo o ¿Si?, las putas mentes se ponían en marcha buscando  otra vez mas el puto y necesitado infierno.








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